martes, 19 de junio de 2007

Clarín.com

14:56 | Los tablones del Viejo Gasómetro y una historia "santa" de principio a fin

Las gradas del mítico estadio del club fundado por el cura Lorenzo Massa sostienen hoy el techo de una Iglesia en construcción de Merlo, San Luis. La cancha de Avenida La Plata cerró en el 79 y la capilla serrana comenzó a erigirse en 1985. "A los tablones nos los ofreció el ingeniero porteño que hacía el Nuevo Gasómetro", contó el sacerdote David Picca, un confeso hincha del Ciclón.

José Sanfilippo los tiene en el patio de su casa y el Sportivo Linqueño de Lincoln armó su tribuna con la misma madera. Pero la historia de esta capilla de Merlo, por los actores que la animan, la distancia en kilómetros y los símbolos que acusa cada relato, suena distinta a todas. Los tablones cuervos, pisados, saltados, testigos del fútbol por años en el barrio de Boedo son hoy el soporte del techo de una ambiciosa Iglesia en la capital turística puntana. Y el cura que inició esta cruzada, casualidad o no, es bien hincha de San Lorenzo.

En resumidas cuentas, la columna vertebral de esta historia inconclusa dirá que parte de los tablones del Viejo Gasómetro, cerrado por los militares en 1979, pasaron años después a manos del ingeniero Omar Vázquez, quien los recibió en parte de pago por su aporte a la construcción del Nuevo Gasómetro. Este ingeniero le comentó el asunto al sacerdote David Picca, quien por ese entonces se desempeñaba en la Iglesia de Merlo. Entonces, llegaron a un acuerdo para que los tablones, recuperados y adaptados para la obra, viajaran en un camión desde Buenos Aires a las sierras merlinas.

"Tuvimos el aporte del gobierno, de algunos empresarios locales y del pueblo entero", recordó Picca, hoy destinado a San Luis capital. Fue él quien estuvo al frente de la capilla de Merlo en los tiempos en que se inició la obra. "No deja de ser significativo, los tablones de un club que nació de un cura terminan hoy en una iglesia", dijo Picca.

En Merlo, como en toda ciudad alejada de la cocina del fútbol, las pasiones exigen otro tipo de ingenio. Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzo viven aquí duelos de pueblo. Hay hinchas foráneos y locales, los NyC (nacidos y criados) y los VyQ (venidos y quedados) como los llaman en todo páramo turístico devenido en refugio de capitalinos exiliados. Debieron conformarse por años con los relatos radiales, luego con la TV y ahora alguno hasta se le anima a Internet. Pero siempre se las arreglaron para seguir al club de sus amores.
14:56 | Los tablones del Viejo Gasómetro y una historia "santa" de principio a fin


Un tal Félix Melián, que en los ochenta hacía publicidad con su auto parlante, (un auto con un gran megáfono en el techo), solía alternar las propagandas con alguna arenga sanlorencista. "Vamos Ciclón todavía", gritaba cada domingo cuando pasaba por la plaza. Y hasta le contaba al cura cómo iban los partidos cuando pasaba frente a la Iglesia. Hugo Argüello, otro fana cuervo, cuenta que con el campeonato armaron una gran caravana: "Fuimos muchos dándole vueltas a la plaza".

Todos aquí están felices con la Iglesia, con la historia de esta Iglesia. Se arriman y tocan los tablones. Una extraña feligresía teñida por las pasiones del fútbol. Desde el ingenio popular algunos ya piden la canonización de Ramón. Pero David Picca, aunque suelta una carcajada, trata el asunto con suma cordura. "Hay que ser serios, lo primero es terminar con este templo para honrar al Señor", dice. Y casi sin querer acaricia los tablones. Una historia futbolera en una Iglesia de pueblo. Nada más.

http://www.clarin.com/diario/2007/06/19/um/m-01441314.htm

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